(29)Polarización

El cisne | Hilma af Klint | 1915
Recuperar los matices en un mundo de extremos
Hoy se habla con frecuencia de polarización, pero la mayoría de las veces se asume que es un fenómeno exclusivamente político. Sin embargo, sus efectos van mucho más allá de ese ámbito. La polarización describe una forma de organizar la experiencia colectiva donde los matices se diluyen y las diferencias —sean de ideas, estilos de vida, gustos o identidades— se transforman en fronteras rígidas. No es solo la disputa entre partidos o posiciones ideológicas, sino un modo de relación social que divide, clasifica y simplifica la realidad en pares opuestos: correcto o incorrecto, propio o ajeno, afín o enemigo.
Este tipo de polarización se alimenta de múltiples factores: cambios tecnológicos que aceleran la comunicación, algoritmos que premian el conflicto, desigualdades que generan desconfianza, o crisis globales que tensionan la convivencia. El resultado es un clima donde casi cualquier tema —desde la crianza hasta la cultura, desde la alimentación hasta el trabajo— puede interpretarse como una toma de posición absoluta. Las diferencias generacionales, las brechas económicas, los debates sobre identidad o incluso las preferencias personales terminan leyéndose como bandos enfrentados, dejando poco espacio para la complejidad de la vida cotidiana.
Comprender la polarización en este sentido amplio implica reconocer que no se trata solo de cómo discutimos, sino también de cómo habitamos el mundo. Revertirla no exige eliminar los desacuerdos —que son parte de toda sociedad sana—, sino crear condiciones para que la diferencia no se convierta automáticamente en ruptura. Eso supone fortalecer espacios donde sea posible conversar sin trincheras, fomentar instituciones que sostengan la pluralidad y promover prácticas cotidianas que permitan convivir con perspectivas diversas. La despolarización, entendida así, no es un retorno a la homogeneidad, sino una invitación a recuperar la posibilidad de encontrarnos en la mitad del camino, sin perder la riqueza de nuestras diferencias.
Imagen de portada: El cisne | Hilma af Klint | 1915
Una cita
En pocas horas el país se dividió en dos bandos irreconciliables y la división comenzó a extenderse entre todas las familias.
Un libro
POLITICA CORROSIVA
Por Juan Pablo Abalo
Editor revista RAL y académico, Facultad de Artes Liberales, UAI
El autor traduce con amabilidad tablas y encuestas. Alterna datos con pequeñas escenas y ejemplos cotidianos, y arma capítulos breves que se leen casi como columnas dominicales. Evitando un tono catastrofista, Miller recuerda que el conflicto es consustancial a la política, y que el problema aparece cuando la polarización invade todos los terrenos de la vida.
“Siempre he tenido la sensación de estar en el bando equivocado de la política, de estar con los otros y no con los que debería estar”, parte escribiendo el doctor en Sociología y científico español Luis Miller en su libro “Polarizados: La política que nos divide”. Dentro de la ola reciente de libros sobre la crisis democrática y sus consecuencias sociales, este texto va más allá del mero diagnóstico y adopta una mirada didáctica. Miller no parece buscar deslumbrar con una gran tesis original, sino ordenar veinte años de investigación sobre la polarización en España y, al mismo tiempo, ofrecer un marco que pueda leerse desde otras realidades políticas y culturales donde el conflicto se vive de forma similar.
Otro aspecto crucial de este libro es la distinción entre tres formas de polarización: la ideológica, afectiva y social. Por lo general, es la primera (ideológica) la que suele analizarse con más frecuencia hoy en día, sin embargo, para Miller la afectiva y la social son igual de relevantes para reflexionar sobre este complejo fenómeno. Si la primera alude a la distancia entre programas políticos; la segunda tiene que ver con el rechazo emocional hacia quien piensa distinto; y la tercera, con la separación de mundos cotidianos y estilos de vida. Aplicado al caso español -que sorprende por su similitud con lo que pasa en Chile o Argentina, por ejemplo-, Miller hace comparaciones puntuales con otras democracias, mostrando cómo experiencias que parecen aisladas -la incómoda comida familiar, la burbuja informativa o las peleas entre partidos políticos- forman parte de un mismo fenómeno, lo que permite que un lector de cualquier país puede reconocer en ese mapa fenómenos propios.
El autor traduce con amabilidad tablas y encuestas. Alterna datos con pequeñas escenas y ejemplos cotidianos, y arma capítulos breves que se leen casi como columnas dominicales. Evitando un tono catastrofista, Miller recuerda que el conflicto es consustancial a la política, y que el problema aparece cuando la polarización invade todos los terrenos de la vida. Es a partir de esta idea que, en su esfuerzo por dirigirse a “los dos bandos”, Miller tiende a hablar de la polarización como un clima general más que como una estrategia deliberada de determinados partidos. Hacia el final, el sociólogo español da propuestas concretas que apelan al diálogo, a la despolarización ciudadana, al fortalecimiento institucional, lo que le da al lector no especializado un mapa legible de conceptos, datos y tendencias, y le devuelve la intuición de que lo que ocurre en redes, en la política y en la mesa del domingo forma parte de un mismo proceso. Este libro no cierra el debate sobre la polarización, pero sí ofrece una mirada incisiva sobre la irresponsabilidad en que ha caído la política contemporánea y sobre sus efectos corrosivos en las democracias.

Un podcast
EVITAR LOS POLOS ABSOLUTOS
Por Begoña Pessis
Coordinadora del CORE de Civilización Contemporánea y académica, Facultad de Artes Liberales, UAI
La polarización no es solo una amenaza. También es en cierto modo una forma de reconocimiento. Oponerse a otro es verlo, relevarlo. No habría que desear un mundo carente de fricción y de resistencia. Las diferencias impiden la homogenización total. Por supuesto hay importantes razones para querer desactivar la lógica de amigos y enemigos, pero, por otro lado, las diferencias constituyen el espacio desde donde es posible el crecimiento, la creación, el conflicto y la democracia.
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Una obra
EL YO DIVIDIDO

Una obra
Pintado en 1939, “Las dos Fridas”, de la artista mexicana Frida Kahlo, es uno de los autorretratos más inquietantes y reveladores del arte latinoamericano. En el gran lienzo, vemos a dos mujeres -una con vestido blanco de corte europeo, la otra con traje tehuana. Aparecen sentadas una al lado de la otra, tomadas de la mano, con el corazón expuesto y unido por una arteria que sigue latiendo. La obra fue realizada poco después de la separación de Kahlo del pintor cubista y muralista mexicano Diego Rivera, y condensa, en una sola escena, no solo la fractura amorosa sino también la herencia mestiza y la experiencia de un cuerpo marcado por la enfermedad. La Frida “europea”, de corazón sangrante, parece encarnar a la mujer rechazada; la Frida “mexicana”, conectada a un pequeño retrato de Diego, sostiene el corazón aún entero. Bajo un cielo tormentoso, Kahlo convierte su historia en una alegoría: dos mitades que no terminan de separarse, pero que nunca se reconcilian del todo. Las dos Fridas nos recuerda que la polarización no ocurre solo entre distintos individuos o grupos, sino también en el interior de una persona que se enfrenta a sus propias contradicciones y ambigüedades.
- Nombre obra
- Las dos Fridas
- Autor
- Frida Kahlo
- Fecha de creación
- 1939
- Dimensiones
- 173,5 × 173 cm.
- Técnica
- Óleo sobre tela
- Estilo
- Autorretrato
- Derechos
- Colección Museo de Arte Moderno, Ciudad de México
- Lugar
- Museo de Arte Moderno, Ciudad de México
Un mix
DE LAS DIFERENCIAS LEGITIMAS — al absurdo total
Por Equipo Refracciones


Más que por política, la pelea es por la identidad
Este es un libro imprescindible para entender cómo la polarización actual no tiene que ver tanto con ideas políticas, sino, de manera más profunda, con razones identitarias. La autora, Lilliana Mason, propone que muchas veces peleamos por “quienes somos” (nuestra raza, religión, estilo de vida, generación, etc.) y no por causas o decisiones propiamente políticas, lo que se convierte en un complejo conflicto de tipo existencial.
Amistades opuestas
En formato de conversación, en esta TED dos amigos que vienen de bandos políticos opuestos —Samar Ali (abogada) y Clint Brewer (comunicador estratégico)— cuentan cómo pasaron de verse como enemigos a trabajar juntos. A partir de ejemplos concretos, explican la importancia de desactivar el guion del miedo, sostener conversaciones difíciles y construir puentes sin renunciar a las propias convicciones.
Redes Sociales: fuego para el pasto seco
Democracy Works es una serie (podcast) producida por el McCourtney Institute for Democracy de Penn State y la radio pública WPSU. En este episodio, Chris Bail, sociólogo y cientista de datos, profesor en Duke University y director del Polarization Lab, profundiza con elocuencia y basándose en datos francamente alarmantes la forma en que las redes sociales alimentan el tribalismo y la polarización política.
Polarizados hasta el fin del mundo
Esta comedia negra muestra cómo, ante una amenaza inminente (un cometa que se aproxima a la tierra), la sociedad puede defender posiciones sin sentido: medios que convierten todo en espectáculo, partidos que usan la crisis para hacer campaña, redes llenas de memes y conspiraciones. La película exagera hasta el absurdo cómo la polarización vuelve imposible algo tan básico como ponernos de acuerdo frente a un acontecimiento que, ni más ni menos, pone en riesgo la supervivencia de la humanidad.
Una conversación remota
POLARIZACION POLITICA — una cuota necesaria
Duración 24 min.
Juan Pablo Abalo
Editor revista RAL y académico, Facultad de Artes Liberales, UAI
Daniel Brieba
Doctor en Política de la Universidad de Oxford, sociólogo y profesor de la Escuela de Gobierno, UAI.
Cuando los partidos se parecen demasiado entre sí y la gente ve que no hay diferencias, se deslegitima la política y se fortalece la narrativa populista. Cuando se saca toda la tensión dramática entre los partidos, cuando todo se convierte en un acuerdo permanente, los populismos acusan a los políticos de estar coludidos.

Un playlist
VILLANCICOS POP — una tregua musical
Por Juan Pablo Abalo
Editor revista RAL y académico, Facultad de Artes Liberales, UAI
Históricamente, el villancico se concibió como un acto comunitario: desde la Edad Media y su ejecución en iglesias y monasterios, hasta ser cantados por vecinos en la plaza pública. Se trataba de melodías que todo el mundo conocía y compartía. En un número dedicado a la polarización, este playlist de villancicos pop (desde Nat King Cole a Paul McCartney), invita a recuperar esa tradición de cantar y escuchar lo mismo más allá de las diferencias, aunque sea por un momento.